¿Crees que tu hijo no oye bien? Los niños pueden tener problemas auditivos aunque sean pequeños. Por ello, es importante que hagas un seguimiento períodico y te asegures de que todo va bien. ¿Cómo hacerlo?
Revisión auditiva: cómo saber si tu hijo tiene problemas
Hay maneras en las que puedes saber si un niño escucha con normalidad o mal. Son esas pequeñas cosas que podemos notar si estamos alerta.
Pero, ¿qué cosas? En primer lugar, destacamos las limitaciones en el habla. Si el niño habla poco o lo hace de manera deficiente, podría ser porque no se escucha bien a sí mismo, por eso tiene estas molestias visibles. Es uno de los signos más palpables de que algo le ocurre.
También está la falta de atención frecuente. Un niño puede despistarse algún día de manera ocasional, como nos ocurre también a los adultos. Pero si es habitual, podríamos estar hablando de un posible déficit de atención o problema de pérdida auditiva. Es decir, el niño no atiende porque no escucha bien.
Si tiene dificultades para el aprendizaje, tiene problemas para seguir las clases o el profesor ha dejado alguna nota conforme a esta situación, podría ser un claro indicio de que tiene algún tipo de problema auditivo.
Hay otros factores que nos pueden hacer sospechar. Por ejemplo, si el niño le sube el volumen a la tele a pesar de estar alta o si utiliza unos cascos para jugar o escuchar música a demasiado volumen. Puede parecer que no, pero son pequeñas prácticas habituales en este tipo de niños y nos permiten darnos cuenta.
Lo mismo a la hora de despertarlo para ir al cole. Si abres fuerte o rápido la puerta de su habitación o le petas y no despierta, podría ser porque no te escucha. Ojo con esto, dado que es una forma rápida de identificarlo.
Piensa que, cuando algo se excede de lo normal, se nota. Si lo hace un día ocasional es posible que no tenga ningún problema, porque cualquiera puede tener un día delicado o diferente. Pero si es habitual, le pasa algo.
Ante la duda, consulta siempre con un especialista de confianza. Cuando algo ocurre, los primeros que se dan cuenta son los padres, pero puede que los profesores también tengan sospechas, porque lo ven todos los días y saben si su comportamiento es extraño o diferente respecto al de otros niños.
¡Esperamos que estos tips te hayan servido!