La historia del audífono: ¿la conocías?

Los audífonos han evolucionado y cambiado mucho con el paso de los años. Tienen una curiosa y peculiar historia que merece la pena descubrir. ¡Te la contamos!

Historia del audífono

La tecnología ha hecho nuestra vida más fácil y nos ha permitido dar un paso de gigante en muchos aspectos. En el caso de los audífonos, también, porque han cambiado considerablemente, sobre todo en lo referente a su tamaño.

Antiguamente, lo que teníamos era unas cajas grandes y que no eran nada fáciles de manejar. De hecho, ocupan el mismo espacio que una maleta pequeña de las que llevamos dentro, en el avión. 

Es una imagen que dista mucho de la que tenemos hoy en día, con unos audífonos digitales muy pequeños que se ocultan dentro del oído y prácticamente no se ven o directamente no se ven nada. Pero además, permiten reproducir un sonido perfecto, por lo que su evolución es notable. 

Por lo que, el cambio es inmenso. En tan solo unos años hemos pasado de unos audífonos que pesaban mucho y que no se podían llevar encima, a un audífono que es como un pendiente y que prácticamente nadie aprecia. Sin embargo, es un elemento que le puede cambiar la vida a una persona.

Más de 100 años de historia y entre otros

Cuesta creer que los primeros audífonos fueran tal y como los describimos, pero también hay que recalcar que hablamos de más de 100 años de diferencia.

De hecho, el primer prototipo que tuvimos llamado audífono era un micrófono separado, unos auriculares, un amplificador y una batería voluminosa. Digamos que, teníamos una buena base para hacer algo, dado que eso no se podía llevar encima… Además, tenía problemas como que la batería solo duraba unas horas y que el precio era impensable para cualquier persona de clase media. 

Sin embargo, en el año 1902, solo tres años después respecto al primer prototipo, este instrumento pasó a ser más ligero. Digamos que, las personas con problemas de oído por aquel entonces ya podían usarlo, aunque aún no como ahora. 

Ese segundo prototipo ya era más pequeño, se podía llevar y se oía mejor. Era todo ventajas. Pero ojo, porque aún no era perfecto, porque aunque el diseño del audífono era más pequeño, si bien es cierto que el ampli y las baterías se ponían alrededor del cuello y el micro se llevaba en la mano.

Lo más sorprendente, es que el micrófono era más grande o más pequeño dependiendo de la pérdida auditiva de la persona. Vamos, que una persona con un grave problema, llevaría más micrófono que audífono.

Pero tras estos modelos de mesa, llegaron los audífonos portátiles. Estos se empezaron a usar en torno al año 1950, cuando ya estaban más formados.

El transistor en el año 1947 lo cambió todo

Claro que, el transistor en 1947 lo cambió todo y revolucionó la tecnología de los audífonos. Curiosamente, el transistor permitía construir audífonos que eran más pequeños y también mejores, con más capacidad de amplificación y con una duración mayor.

Las personas que los utilizaron al principio lo llevaban en el cuerpo, pero luego eran tan pequeños que ya lo podían llevar detrás o encima de la oreja. Eran pequeños y ya apenas se notaban.

Otro cambio importante llegó en los años 70, cuando surgieron audífonos en el canal. Sin embargo, ojo, porque no eran igual de fiables que los audífonos retroauriculares, con la desventaja de que eran más grandes y se veían más. Sin embargo, mejoraron para ser más discretos.

De la tecnología analógica a la digital

Otro de los grandes avances, fue en lo referente a la tecnología digital, puesto que fue en los años 80 cuando se lanzaron los primeros audífonos digitales, aunque no fueron la mejor opción. Tardaron unos 10 años en tener éxito.

Sin embargo, pese a que su desarrollo tardó muchos años, hoy en día tenemos unos dispositivos que no se notan y que pueden cambiar y mejorar la vida de las personas radicalmente. Desde luego, que todo el proceso ha merecido la pena.

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